Un ensayo realizado en ratones y publicado en la revista Nature sugirió que podría contrarrestarse el deterioro cognitivo y las enfermedades neurodegenerativas en personas imposibilitadas a realizar actividad física. Cómo lo harían
El ejercicio físico brinda múltiples beneficios para la función cognitiva a cualquier edad (Getty)
La actividad física regular puede apoyar la salud y el bienestar humanos al aumentar la masa y la fuerza muscular, promover huesos más sanos, reducir la susceptibilidad a las enfermedades y disminuir el riesgo de mortalidad. La ciencia también ha demostrado que el ejercicio puede producir efectos positivos en el cerebro y contrarrestar potencialmente el deterioro cognitivo que ocurre durante el envejecimiento y las enfermedades neurodegenerativas.
Sin embargo, el ejercicio no es posible siempre para todos. Las condiciones de salud, las discapacidades físicas y la carga de un cuerpo que envejece pueden limitar los niveles de movilidad de una persona. Los científicos se han preguntado cómo estas poblaciones aún podrían cosechar los efectos cognitivos positivos del ejercicio.
“Sabemos que el ejercicio aumenta la producción de nuevas neuronas en el hipocampo, la parte del cerebro importante para el aprendizaje y la memoria, pero el mecanismo no está claro”, explicó Odette Leiter, investigadora postdoctoral en el Queensland Brain Institute en la Universidad de Queensland (UQ). Ella, junto a Tara Walker, también investigadora del Queensland Brain Institute en la UQ, dirigieron un nuevo estudio, que acaba de publicarse en Nature Communications, y que arroja luz sobre este mecanismo.