Científicos británicos y estadounidenses enseñaron a estas aves a usar la tecnología para medir el nivel de interacción que podían alcanzar entre ellas. Encontraron que son capaces de generar relaciones similares a la amistad. Los detalles
“¡Hola! ¡Ven aquí! ¡Hola!”, gritaron dos guacamayos viejos después de conocerse por medio de una videollamada. Una conducta que los investigadores de las universidades de Glasgow y Northeastern comprobaron al estudiar los beneficios de estas interacciones virtuales entre los loros, famosos por ser capaces de repetir algunas palabras.
En el experimento, los lorosfueron elegidos debido a que viven en grandes bandadas en sus entornos naturales, explicaron los expertos a la revista Smithsonian. Al estar encerrados en ámbitos domésticos, podrían desarrollar tendencias autodestructivas como arrancarse las plumas. Los problemas psicológicos están ligados a las condiciones de aislamiento en las que algunas de estas aves se encuentran.
Con la tecnología en los hogares de sus dueños, los loros fueron libres de ponerse en contacto entre sí con asistencia humana. Las interacciones tuvieron resultados positivos y ayudaron a que estos animales vivieran acompañadas a la distancia con un ser similar a ellos. Algo que es posible ya que estas aves, como algunas otras especies de insectos y mamíferos, tienen habilidades para desarrollar actividades en comunidad. Y, ahora se comprobó, también en un ámbito virtual.